El himno canadiense no terminó de sonar cuando los abucheos comenzaron a recorrer el Yankee Stadium. Los jugadores de Toronto y Nueva York estaban formados en el diamante durante la ceremonia previa al tercer juego de la Serie Divisional. Las cámaras captaron cómo los silbidos aumentaron justo en la parte final de O Canada, una escena que se volvió tendencia en minutos.
Las redes sociales se llenaron de reproches hacia los aficionados neoyorquinos. Muchos los calificaron de irrespetuosos. Otros, de carentes de clase. Algunos asistentes intentaron cubrir los abucheos con aplausos, pero el ruido dominante fue el de la desaprobación. Al terminar la entonación, el estadio retumbó con el cántico de “USA, USA”, una imagen que fue capturado por aficionados.
El contexto político agregó un matiz incómodo. En los últimos meses, la relación entre Estados Unidos y Canadá se ha tensado por los anuncios de nuevos aranceles y las declaraciones del presidente Donald Trump sobre una posible anexión simbólica del país vecino.
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El beisbol, sin embargo, tuvo su propia respuesta. En la parte baja del primer inning, Vladimir Guerrero Jr tomó el turno con el mismo aplomo con que su padre se paraba en el plato. El dominicano nacido en Montreal conectó un cuadrangular que viajó más allá del jardín central y adelantó a los Blue Jays. Mientras trotaba por las bases, llevó su dedo a los labios. Un gesto simple, directo, que pidió silencio al estadio que minutos antes había abucheado el himno de su país natal.
El bate de Guerrero Jr fue un mensaje que no necesitó palabras. Toronto tomó ventaja temprana en un duelo que podía sentenciar la serie. Los Yankees, urgidos por mantenerse con vida, respondieron con una carrera, pero la energía del público cambió desde ese primer turno del pelotero de los Blue Jays.